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"Luego de dos siglos de paz, la sombra de una amenaza antigua vuelve a acechar a los Reinos Hermanos. En Ormuz, el Reino de los Hombres, un viejo mago recibe una inusual advertencia; en Alvaheim, el Bosque de los Elfos, extraños sucesos, demasiados para ser simples coincidencias, parecen corroborar los temores del anciano. En el norte desconocido, una fortaleza se levanta en secreto, y un antiguo símbolo de odio se enarbola desde lo alto de sus atalayas, levantadas con hierro, piedra y huesos. Hombres, Elfos, Enanos y Centauros deberán mantener vivas las Alianzas, que hermanan a sus naciones, para enfrentar la amenaza que se cierne desde el norte. La esperanza radica en la sabiduría recopilada en un antiguo libro desconocido y en los poderes de una extraña criatura de leyenda: el Jaguar Dorado. ¿Dónde se oculta esta criatura? ¿Cuál es su auténtica naturaleza? Un joven aprendiz de la Corte de Magos de Ormuz, puede ser la clave para desvelar este misterio místico, que marcará para siempre el futuro de cada pueblo y estirpe a lo largo y ancho de la Tierra de las Cordilleras..."

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jueves, 29 de julio de 2021

"SACHAMARKA" EN VIVE LA MAÑANA PASTO

El día de hoy, Julio 29 de 2021, a las 10:00 a.m., el escritor nariñense Juan David Bastidas Pantoja, autor de La Tierra de las Cordilleras estará presente en la sección "Enletrados" del programa "Vive la Mañana", con su obra #Sachamarka, novela de aventura y fantasía, ganadora del VI Premio CEPA de Novela Juvenil 2018, de la editorial española Tandaia.

Pueden ver la entrevista en el siguiente link: https://fb.watch/72tnSFFR6y/




¡Los esperamos!

martes, 27 de julio de 2021

¡GRACIAS SISTEMA DE BIBLIOTECAS SENA!

Compartimos con todos los seguidores de "La Tierra de las Cordilleras", el encuentro que tuvo lugar el día de hoy con los funcionarios del Sistema de Bibliotecas SENA Nariño, en el que participó el escritor Juan David Bastidas Pantoja.

Extendemos nuestros agradecimientos a todas las personas que en esta oportunidad nos acompañaron en este encuentro a través de la magia del "Jaguar Dorado"



lunes, 26 de julio de 2021

"EL ARTE DE CONTAR UNA HISTORIA"

El día de mañana, Martes 27 de Julio de 2021, a las 9:00 a.m., tendrá lugar un encuentro literario en el que participará el escritor Juan David Bastidas Pantoja, quien en esta oportunidad, gracias a la gestión del Sistema de Bibliotecas SENA Nariño, compartirá su experiencia con las letras y el arte, en una agradable terturlia en la que se dará lectura al primer capítulo del libro: "La Tierra de las Cordilleras. El Jaguar Dorado". 

A todos los seguidores del Jaguar Dorado, los invitamos a acompañarnos el día de mañana, en vivo, a través del siguiente link: 

https://youtu.be/Y1tCIsPo4Jw

¡No se lo pierdan!



domingo, 11 de julio de 2021

VERGÜENZA

Ni el café, ni el maíz, ni la música, ni el arte, ni la literatura, ni el mismo turismo que, en su momento fue la punta de lanza para que Colombia entera aceptara la nefasta política de la “seguridad democrática”, parecen ser ahora los productos de exportación o los grandes baluartes económicos que, según las élites gobernantes, le presentarán al mundo la verdadera cara de Colombia. Los terribles acontecimientos de Haití en la madrugada del 7 de Julio de 2021, demuestran que Colombia ahora tiene, como nuevo emprendimiento naranja de su elitista aristocracia criolla, exportar a sus manzanas podridas, bajo la modalidad de mercenarios y asesinos a sueldo, dispuestos a silenciar con plomo, (porque: “plomo es lo que hay y plomo es lo que viene”), a presidentes de países pobres. No es la primera vez, ya en el pasado, en Venezuela, tuvieron lugar casos similares, como la famosa “Operación Gedeon”, que implicó a militares colombianos.

(https://www.telesurtv.net/news/colombia-fiscalia-operacion-gedeon-20210316-0003.html) (https://agenciabk.net/narco82.pdf

Qué curioso… mientras el gobierno o, mejor dicho, el des-gobierno de Duque culpa a Cuba y a Venezuela de infiltrar las marchas durante el Paro Nacional, en un intento por derrocar a la supuesta democracia colombiana; en Haití, tropas colombianas, no de paramilitares, sino de ex soldados, incurren a sangre y fuego en la residencia del presidente para torturarlo de forma sistemática, rompiendo sus extremidades y disparándole en puntos determinados de su anatomía, para finalmente asesinarlo. Parece ser que, con el des-gobierno del uribismo, puede aplicarse aquel antiguo adagio de la sabiduría popular, el cual afirma que: “El que las hace, se las imagina.”

El mundo entero ha visto, gracias a la viralización por internet de los videos en vivo durante el Paro Nacional, las atrocidades cometidas por los miembros de la policía en contra de los manifestantes (https://www.youtube.com/watch?v=rmnzeJPpZKgy, aunque traten de esconder el sol con las manos, afirmando que Colombia no está obligada a acatar los lineamientos y recomendaciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el des-gobierno ha quedado en evidencia, incapaz de hacer nada diferente a tratar de mantenerse a flote en un barco que hace agua por todas partes. Como si lo anterior no fuera suficiente, la noche del asesinado del presidente de Haití, el mundo entero recibió una terrible voz de alerta, pues la violencia de Colombia parece haber crecido de tal manera, que ya las fronteras del país son incapaces de contener el odio por más tiempo y aquellos que viven de la rapiña y el despojo empiezan a extender siniestros tentáculos hacia otros países. Parece ser que ya no les basta con el dolor y el sufrimiento de los colombianos, ahora quieren solazarse con el padecimiento de los ciudadanos de otros rincones de América Latina.

Y mientras las élites gobernantes se dedican a sus terribles y beligerantes “emprendimientos naranjas”, la gran mayoría de los artistas, autores, músicos y profesionales, los auténticos emprendedores y creadores de Colombia, continúan sobreviviendo a duras penas, en una lucha diaria por promover sus creaciones y productos que, debido a la falta de canales de distribución y oportunidades para trascender las fronteras departamentales (¡no digamos las nacionales!), terminan por quedarse estancados y desconocidos para la mayor parte del país.

Colombia es un país envuelto en una red de mentiras que, por muy firmes que sean sus hilos, al final parecen empezar a deshilacharse. A pesar de que hay tantas personas que aún piensan que bárbaros como Uribe son capaces de caer a una piscina sin siquiera salpicarse la ropa, la mayor parte de los colombianos son conscientes, no solo de la verdadera historia detrás de la violencia que ha azotado al país durante los últimos años; también han sido testigos de cómo, en tiempo real, las fuerzas armadas estatales y para-estatales, han hecho frente a las manifestaciones como si de una batalla campal se tratara. La violencia estatal que se ha vivido en las ciudades durante el Paro Nacional, no llega a ser más que una pequeña y macabra muestra, la punta del iceberg en comparación con las masacres que se han perpetrado en contra del pueblo colombiano, en muchas de las cuales no solo el ejército, también la institucionalidad se ha visto implicada.

(https://www.facebook.com/javierospina1992/videos/4757222177627326).

El descaro del des-gobierno y sus secuaces alcanzó proporciones inauditas; un buen ejemplo de ello es el hecho de que, aquellas “gentes de bien” luego de disparar armas (¿de fogueo?) en las marchas, ahora hacen convocatorias para cubrir los murales del Paro, a cuyas jornadas acuden senadoras, auxiliares de policía y empleados de servicios generales que no tienen forma de negarse a una orden de este tipo, por temor a perder el empleo. (https://www.youtube.com/watch?v=xwvXjolPb48). 



Mientras tanto, el fiscal Barbosa, henchido de orgullo, afirma que en tiempo récord fue posible capturar al abusador de menores Ismael Darío Lopera, cuando, en realidad, éste individuo se entregó voluntariamente en un C.A.I., en compañía de su abogado defensor. Las mentiras de Barbosa pueden contemplarse claramente en un video realizado por el abogado en cuestión, durante la entrega voluntaria del implicado, ya que en la grabación puede constatarse la agilidad de los uniformados para realizar el procedimiento que, según el fiscal, contó con más de cien hombres, de los cuales supongo yo, quien más sobresale, después de las tres mujeres policías que conversan despreocupadamente, es aquel que casi no puede abrocharse la cremallera de la chaqueta, mientras el abusador espera pacientemente a su lado para que le lean sus derechos y, finalmente, puedan procesarlo.

(https://www.facebook.com/marthamunoz922/posts/885748385487925?from_close_friend=1&notif_id=1625877360625788&notif_t=close_friend_activity&ref=notif)

Por todo lo anterior, el día de hoy Colombia no solo debe continuar cubierta de luto por todos sus hijos muertos a manos de las fuerzas del orden público y el paramilitarismo urbano; además, debe cubrirse de vergüenza, y de vergüenza mundial, pues el veneno que el uribismo ha añejado en las entrañas de la institucionalidad colombiana, ahora brota por diferentes frentes y no solo amenaza con deteriorar aún más al país, sino con contaminar a todo el continente. Colombia debe cubrirse, también, de vergüenza histórica. No solo ofende el hecho de que un total negacionista del conflicto interno como Rubén Darío Acevedo encabece el Centro de Memoría Histórica del país; también ofende recordar que, hace dos siglos, cuando el Pacificador Morillo emprendía la reconquista de las colonias de ultramar a sangre y fuego, Haití, el primer país libre de América Latina, dirigido entonces por el presidente Alexandre Petión, se convirtió en el único refugio seguro para aquellos que se enfrentaban al despotismo de la corona española; Petión, en nombre de Haití, colaboró con la independencia de las provincias de América del Sur, brindando barcos, armas, soldados y pertrechos que serían la base sobre la cual se cimentaría la libertad definitiva de América Latina; lo único que le solicitó a Bolívar, a cambio de su colaboración, fue la liberación de todos los esclavos en los territorios continentales libres del yugo de España. 

Fue José Hilario López, en 1851, quien finalmente cumpliría la promesa hecha en su momento al presidente de Haití. Tristemente, dos siglos después, Haití no solo debe cargar con la pobreza y la desigualdad que flagelan a su pueblo, también tiene que soportar la ingratitud de Colombia, pues su des-gobierno, que a diario hace gala de su incapacidad, de su criminalidad y sobre todo de su ignorancia, permitió que soldados, no paramilitares o guerrilleros, sino confirmados ex soldados del ejército colombiano, como en una macabra contradicción histórica, llegaran a esta isla del Caribe, no para luchar por un pueblo subyugado, sino para asesinar cobardemente a su presidente y dejar a la democracia de este país herida de gravedad. “Así le paga el diablo a quien bien le sirve”, afirma otro adagio de la sabiduría popular. Y, al parecer, así es como paga Colombia sus deudas con la historia…

Juan David Bastidas Pantoja.



sábado, 3 de julio de 2021

DOS MESES ENTRE SOMBRAS

“Yo pongo a mi vida los colores según mis necesidades, y empleo a veces mucho negro para comprender mejor a los seres y las cosas. Es en la sombra a menudo que brilla mejor la verdad.”

“En el Corazón de la América Virgen” – Julio Quiñones.

Han pasado dos meses en que la frustración y la furia del pueblo colombiano se desbordaron de las manos incapaces del petimetre presidente; tiempo en el que el cerco en torno a los derechos y libertades de los ciudadanos, se reduce día tras día; tiempo en el que el país y el mundo lograron constatar el bloqueo mediático en el que vivimos los colombianos, y que actúa como una venda sobre los sentidos para mantener la ignorancia cimentada en la barbarie, el miedo y la ilegalidad. Sesenta días en que las balas de los agentes estatales se llevaron por delante la vida de ciudadanos comunes y corrientes, de estudiantes y trabajadores, de artistas y cantantes. Dos meses en los que el gobierno corrobora su visión depredadora, al hundir el acuerdo de Escazú, y también su megalomanía al preferir invertir el tiempo del Senado en divinizar al carriel antioqueño, mientras le niegan a la juventud la matricula cero.

Dos meses, en los que Colombia perdió a grandes ciudadanos, como Don Raúl Carvajal, un anciano valiente, capaz de desenmascarar en las sesiones de la JEP, al general Mario Montoya, quien no contento con los crímenes que lleva a cuestas, se atreve a deslegitimar a sus tropas, al afirmar que, cuando llegan a los cuarteles, sus superiores deben enseñarles a utilizar el baño y a usar los cubiertos a la hora de comer. Así mismo, Don Raúl Carvajal fue capaz de decirle al ex presidiario Uribe la verdad en la cara, lanzando sobre su indiferencia y prepotencia toda la furia e indignación que guardaba en su alma, a raíz del asesinato de su hijo, un militar valiente que no le vendió el alma al diablo, al negarse a matar inocentes por una condecoración, razón por la cual, sus propios compañeros terminaron por asesinarlo.

(https://www.youtube.com/watch?v=J9abpVCWJ5A)

Han pasado sesenta noches en las que el arte se convirtió en el objetivo de las balas criminales, como fue el caso de Harold Angulo Vencé, mejor conocido como “Junior Jein, el Señor del Pacífico”, un artista y cantante que decidió resistir a la barbarie, tal y como muchos artistas tratan de hacer en medio del caos del desgobierno: a través del sencillo acto de continuar luchando por sus sueños, sin más armas que su propio talento y con la esperanza de que sus creaciones logren convertirse en semillas de cambio y conciencia, en las mentes de quienes las escuchan. El cantante murió en extrañas circunstancias, una noche, mientras salía de una discoteca donde promocionaba su trabajo musical. Ésa es la realidad de los artistas que no salen a dar conciertos “humanitarios” en las fronteras: el tener que entregarse en cuerpo y alma a la materialización de su sueño, hasta que el sueño viva de ellos, aún si ellos no pueden vivir del sueño; pues, para ese talento, esa fuerza y esas ganas de dejar una huella en el mundo, las instituciones no tienen recursos. Los recursos están destinados a acciones más “concretas, útiles y tangibles”, como lo es pintar de azul los uniformes verdes cubiertos de sangre…

(https://colombia.as.com/colombia/2021/06/16/tikitakas/1623859322_648224.html)

Sesenta atardeceres en las que la institucionalidad “respetable” demuestra la debilidad de su proceder, al permitir, no solo que las fuerzas armadas estatales y para estatales puedan cooperar y “Convivir” (https://www.youtube.com/watch?v=OweX_aXqFzM); sino, además, demuestra cómo la única política de su débil proceder, no es otra distinta a señalar como enemigo a quien no piensa como él, a tildar de vándalo al que protesta, infiltrando las marchas, para tomar fotos y así identificar a quienes poder apuntar, impunemente , con las armas del Estado.

(https://www.youtube.com/watch?v=oZdgahUOWiM)

Sesenta días en que los medios de comunicación se han esforzado al máximo por convencer a la opinión pública de que más vale un vidrio roto, un C.A.I. quemado o un semáforo desvencijado, que una joven ultrajada, que las cabezas empacadas en bolsas de basura, que los cuerpos desmembrados encontrados en el río Cauca y en Mulaló o los muchachos asesinados por las armas del estado. Supongo que, como el Rey Eduardo I en la película “Corazón Valiente” (1995), los “reyezuelos” colombianos también piensan que los muertos son gratis, mientras todo lo demás realmente cuesta dinero.

Tristemente, luego de dos meses, aquel discurso ha logrado sus frutos, pues el desgaste de la población por la situación social es tal, que muchos han empezado a rechazar las manifestaciones por la destrucción de andenes y parques. En la ciudad de Pasto, por ejemplo, ante el ataque del ESMAD muchos jóvenes optaron por armarse con los adoquines de las calles pavimentadas hace muy poco tiempo; entre la gente del común, no es raro escuchar su descontento por estas acciones. Curiosamente, cuando años atrás el alcalde de turno decidió convertir a Pasto en una copia mal elaborada de Bogotá, se tomó la decisión de destruir la carrera 27 para abrir vías, con el pretexto de mejorar la movilidad de la ciudad y, en especial, de la flota de buses de la que es propietario el alcalde de aquella época. ¿Qué sucedió entonces? Que muchas casas antiguas fueron destruidas, pero nadie se indignó por eso. Hoy en día, sobre la mejorada y amplia calle, pueden verse las ruinas de las viejas casonas y pensiones, en medio de potreros devorados por la mala hierba.



El término “vandalismo” sólo se usa cuando los jóvenes levantan adoquines para defenderse de la policía que arremete contra ellos con una intensidad que, tal vez, ni siquiera las mismas guerrillas han sentido en carne propia; sin embargo, cuando lo que destruyen son las casonas antiguas, con maquinaria pesada, para tender asfalto y dejar los restos de las viviendas a la intemperie, entonces no se utiliza el término: “vandalismo”, sino el manoseado y mal entendido: “progreso”, ese que nos ha llevado a tener que pagar una tarifa de transporte público bastante alta, si se tiene en cuenta el tamaño de la ciudad, las distancias, el tener que caminar parte del recorrido para alcanzar el transporte público, debido a que la ruta no pasa por un sector en particular, además del horario de trabajo los buses.

Así, desde varios frentes a la vez, el temor del gobierno ante el despertar del pueblo, desveló la doble moral que intenta mantenerse a flote de diversas formas… el día de ayer, en un programa radial, un ciudadano trataba de justificar la inoperancia de la policía ante la inseguridad en Pasto, afirmando que, si los uniformados no combaten a la delincuencia, se debe a que temen arriesgarse a una demanda por parte de la población civil, ya que en el Paro Nacional, han sido muchas las demandas que la ciudadanía interpuso en contra de agentes policiales que, supuestamente, solo realizaban su trabajo. Si en realidad la policía sintiera temor por las demandas de la población civil, ¿por qué actúan contra los manifestantes en las protestas de la manera desproporcionada en que lo hacen? Si de verdad temieran a las consecuencias, refrenarían sus impulsos con los manifestantes tanto como, de acuerdo con el ciudadano que los defiende, lo hacen con los delincuentes. 

El Paro Nacional permitió que la ciudadanía en general (a excepción de aquellos que marchan armados y vestidos de blanco) logre comprender la clara desproporción de argumentos como el anterior, ya que al parecer, más le vale a una persona en manos de la policía, ser un ladrón, un delincuente o un raponero, que ser un manifestante, una joven defensora de los derechos humanos, un músico, un ciudadano del común al que le falte una luz roja en el automóvil o una persona que, por casualidad, haya olvidado sacar la cédula al salir a la calle; al parecer, para estos casos, la autoridad sí es capaz de sobreponerse a su temor de recibir una demanda. Como afirma Carmine Falcone en la serie “Gotham” (2014): “No hay crimen organizado sin fuerzas del orden público.”  

(https://fb.watch/6vjUcrXb4u/)

(https://www.youtube.com/watch?v=TDHHaXEcSFg)

El Paro Nacional logró desnudar la podredumbre de un país que se ufana de autónomo y libre, cuando en realidad jamás alcanzó su completa independencia, de ahí que todavía continúen grandes resabios entre amplios sectores de la población, como es el caso de los grupos y organizaciones de ciudadanos que se ufanan de formar parte de la aristocracia criolla, educados en las creencias verdaderas, con abolengo y linaje “de bien”, que ostentan símbolos cruzados para defender la barbarie de la conquista y el genocidio masificado de los tiempos del Imperio Español; ególatras e idólatras que se piensan como herederos vivientes de los cruzados tradicionales y que serían felices instaurando un Eje o Centro Cultural Cruzado, para mantener el pensamiento de las personas anquilosado en la vieja época de virreyes y castas sociales, esclavitud y superioridad racial. (https://twitter.com/i/status/1402680089175904260). El fascismo y el clasismo no se erradicaron, tan solo se “modernizaron” de acuerdo a la época y a la ocasión. 

(https://www.youtube.com/watch?v=9by2ooHGiOk)

Luego de más de sesenta noches de zozobra y disparos, Duque afirma que instaurará una ley para reprimir la protesta y condenarla como un acto terrorista sin posibilidad de excarcelación, como solución a la crisis social que vive el país (https://www.asuntoslegales.com.co/actualidad/presidente-ivan-duque-propuso-al-congreso-tramitar-ley-antidisturbios-y-antivandalismo-3194151). Al parecer, el presidente es incapaz (¡para variar!) de dimensionar las consecuencias que una ley tan absurda como ésta podrían traer al país; ya que, si en la actualidad la cantidad desbordada de asesinatos (https://twitter.com/i/status/1407105956660584457), desapariciones, mutilaciones (no solo oculares, cabe resaltar), cuerpos descuartizados, violencia sexual (https://www.colombiainforma.info/policia-del-esmad-violo-a-menor-de-edad-en-medellin/) entre otros aberrantes excesos cometidos por la fuerza pública, alcanzan niveles alarmantes en tan solo sesenta días, ¿qué ocurriría si, en lugar de castigar a los culpables, el pelafustán uribista que gobierna decide premiarlos al garantizarles más libertad para desatar su furia sobre los manifestantes? Como afirma el Rey Arturo en “Lancelot. El Primer Caballero” (1995): “Hay leyes que esclavizan y también hay leyes que liberan.” Por desgracia, desde que el ex presidiario Uribe llegó al poder y legó los despojos del país a su títere incapaz, en Colombia cada día tenemos más leyes que nos esclavizan; esta absurda iniciativa que Duque planea presentar este 20 de Julio, es prueba de ello.

https://diariocriterio.com/2021/06/30/paro-nacional-dos-meses-de-violencia-e-incertidumbre/?fbclid=IwAR2Cs86w-i3jcs7dW909MLJAu2j_fJGlnm-Zt2J9swETo_yPDDFnI-CldM0

¿Por qué en lugar de condenar la protesta con su dichosa ley antivandalismo, a Duque no se le ocurre crear una ley anticorrupción? ¿Por qué no se le ocurre, mejor, tramitar una ley que reduzca sustancialmente el salario de congresistas y senadores, así como de ministros y presidentes? ¿Por qué no piensa, en un “acto de caballerosidad”, como le dijo Velez a Biden, congelar por decreto la pensión vitalicia de todos los expresidentes, incluida la que él mismo recibirá, para poder cubrir con todo ese dinero la matrícula cero que acaban de hundir en el congreso? ¿Cómo es posible que un supuesto presidente no pueda ver algo tan obvio? ¿Una situación que cualquier ciudadano del común puede deducir por su cuenta?


En estas ocho semanas Colombia y el mundo entero, excepto, claro está, los bárbaros y para-gomelos “de bien”, así como los enceguecidos e iracundos integrantes de esa nefasta secta llamada “uribismo”, comprendieron que el país necesita, como nunca, un cambio verdadero, uno profundo y de fondo, uno que requiere que todos los ciudadanos comprendamos, de una vez y para siempre, que todos somos seres políticos, pues todos somos ciudadanos y, por el simple hecho de serlo, tenemos la responsabilidad de velar por el bienestar de nuestra nación a través del voto responsable y consciente, pues no basta con votar en blanco o con no votar; tampoco basta con un presidente diferente, si a la larga los congresistas, senadores, alcaldes, concejales y gobernadores siguen siendo los mismos de siempre, que durante décadas se han encargado de mantener hundida en la pobreza y el abandono a la Colombia profunda. 

El cambio que Colombia necesita es un cambio de espíritu y de corazón, de cultura y de educación, de alma y de conciencia, que abarque todos y cada uno de los rincones de su infraestructura y sociedad; de tal manera que, cuando se realice una reforma a las fuerzas armadas, no sea por algo tan banal como un cambio cosmético de color, sino para poder asegurar que sean soldados como el hijo de Don Raúl Carvajal, y no bárbaros como Zapateiro o Vargas, quienes alcancen el rango de General en las plenarias del Senado.



Las sombras que nos envuelven como nación, nos permitieron ver la verdad del país como nunca antes. Ojalá todo lo que ha tenido lugar en estos dos meses sea suficiente para conmovernos y motivarnos a tomar nuevas decisiones, que nos permitan ser sujetos políticos responsables. Ojalá, el nefasto proceder estatal y uribista, que ha relucido en medio de las sombras con las que tratan de amordazarnos, sean suficientes para que podamos comprender el poder que tiene el voto ciudadano, la única herramienta efectiva con la que contamos para transformar a nuestra nación. Ojalá la zozobra y las tinieblas de estos meses realmente nos hayan marcado el corazón y el alma para comprender la necesidad de un cambio verdadero . Si las sombras lograron transmutar la indiferencia en conciencia, los sacrificios de estos meses no habrán sido en vano, ya que, como dijo J. R. R. Tolkien: “Sobre todas las sombras cabalga el Sol”.

Juan David Bastidas Pantoja