Durante estos años de trabajo, son muchas las experiencias que a han enriquecido mi labor como escritor. Algunas me han brindado profundas alegrías, otras grandes tristezas; sin embargo, el día de hoy, como siempre, deseo compartir una nueva experiencia que renueva mi deseo de continuar escribiendo.
El tener que vender mis libros por mi cuenta, me ha permitido conocer a los lectores de primera mano, hablar con ellos y, en ocasiones, volvernos buenos amigos. Tal es el caso de este pequeño lector: Juan Camilo, a quien conocí hace un par de años junto a su padre, José Luis; desde entonces nos hemos hecho buenos amigos y, tal como aparece en las imágenes, me han acompañado en muchas ocasiones, lanzamientos y presentaciones.
Para mí, como autor, contar con la amistad de jóvenes lectores como Juan Camilo, poder verlos crecer y descubrir que, pese al tiempo, a las circunstancias e incluso a las pandemias, "La Tierra de las Cordilleras" continúa siendo importante para todos ellos, y de tantas maneras diferentes, es una enorme señal que la Vida y los Dioses me dan para recordarme que, pese a las dificultades, nunca termina la maravillosa labor de contar historias y crear mundos con palabras.
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